Anteayer había venido Gasti a visitarlo a Mauro, su primito que es un poco más grande que él. Los tipos despues de entrar en clima (se ven poco) se pusieron a saltar en la cama. Yo entre que trabajaba y los miraba, trataba de que no se zarpen..

… hasta que escucho “TUD!” y Mauro en el piso! Lo levanto al toque, y ahí empezó el susto… empiezo a ver sangre por todos lados, y no sabía de dónde venía… entró Yami corriendo y se dió cuenta al toque que era la cabeza…

Sin mirar mucho qué se había hecho realmente, salimos todos corriendo al sanatorio que por suerte queda a 3 cuadras del depto.

En la guardia del sanatorio, mientras Yami temblaba de los nervios, yo me tambaleaba blanco por tanta sangre, mientras le atajaba el corte a Mauro con una gasa que quedaba roja y empapada al toque.

La cuestión de todo esto, es que a Mauro lo único que le daba bronca era no poder seguir saltando!!

  • Tranquilo Mauro, que no pasa nada… ahora viene el doctor y te hace sana sana en la cabecita, y ahi vamos a casa a jugar jueguitos, querés?
  • No! Yo quiero saltar con Gasti!!

El tipo se había hecho un corte hasta el cráneo mismo, y estaba como si nada.

Al momento de la sutura, sólo lloró por los pinchasos de la anestecia, y después se encabronó porque no lo dejábamos moverse: Yo estaba sujetándole las dos piernas con mi rodilla, casi encima de él, con una mano le atajaba la cintura y otra mano en el hombro. Una enfermera le sostenía un braso y le pasaba los instrumentos al cirujano, mientras que otra enfermera le tenía el otro brazo y le hablaba:

  • Ya va a terminar el doctor de curarte Mauro, tranquilo nomás… qué vas a hacer cuando salgas de acá? Vas a mirar la tele? A dibujar?
  • NO! Yo quiero saltar!!

Cuando pasó todo, volvimos a casa con un Mauro con turbante, sin dormir la siesta y con una mamadera encima, quiso hacer catarsis de la única manera posible: No sólo de distorsión vive el rocanrol.