Para hombre hay?
Resulta que me había excedido con el desodorante en una seguidilla de días de mucho calor y andar por ahí, por lo que me había irritado las axilas. Para que se me pase y no apestar en el proceso, me compré uno de esos desodorantes antitraspirantes. Cuando estábamos a punto de salir, viene mauro y me dice “poneme tu perfume!”. Agarro el desodorante como para ponerle un poquitito en la panza sobre la remera, como de costumbre, a lo que me contesta “nono, ese no, el de hombre”.